A la oficina debo mi maduración como persona y profesional, forjados en experiencias desafiantes, mucho trabajo duro y mucha transpiración. Por otro lado también creo que mi paso por la oficina ha contribuido al progreso de la empresa, ya sea a través de la participación directa en trabajos importantes o en cuanto a la participación en proyectos de mejoras internas, en el establecimiento de buenas relaciones con los clientes y con el equipo, que muy acompañado cambiar y crecer.